Maldita verdad

Desde su divorcio, hace ya varios años, Olga Bernabé convive con su hijo Daniel, que se ha convertido en un desconocido de 17 años con el que apenas cruza alguna palabra. 

Una noche de finales de septiembre, Olga regresa a casa a medianoche, agotada tras una larguísima jornada en el hospital en el que trabaja y sintiéndose más sola que nunca. Comprueba que Daniel no ha cenado y que está acostado en su habitación con los auriculares puestos. Decide no despertarlo, pero lo que descubrirá al día siguiente la impulsará a conocer la auténtica vida de su hijo.

De la mano de Raul Forcano, un investigador en ciernes, retrocederemos en la vida de los protagonistas, hasta llegar a un suceso que quizás sea mejor seguir ignorando. 

Conocer la verdad resultará para los implicados una verdadera maldición.

¿Por qué nos empeñamos en conocer siempre la verdad de todo lo que sucede a nuestro alrededor? La verdad es un arma de doble filo por muy cliché que sea esa frase. Nos permite saber todo aquello que sucedió pero también tiene consecuencias imprevistas pues aquello que desconocemos puede hacer cambiar lo que pensamos de una persona o lo que sucedió un día.

Daniel es un adolescente que apenas habla con su madre, retraído y muy metido en su mundo que un día decide que la carga que lleva sobre sus espaldas es demasiado pesada como para soportarla y decide liberarse quitándose la vida.

Olga, su madre, no entiende porque ha ocurrido una cosa así, no comprende el porque su hijo, al que apenas conocía, ha decidido hacer lo que ha hecho. Quiere conocer toda la verdad, sea la que sea, e intentar averiguar quien es el culpable de que ya no pueda abrazar a su hijo nunca más.

La policía ha cerrado el caso y por tanto la investigación quedará atrapada a un solo final posible. Olga no tiene suficiente, ella quiere saber, a toda costa y por eso contrata a Raul, un joven que apenas, ahora entrando en la treintena ha decidido su camino. Aprendiz de detective tiene la difícil misión de dar respuestas, todas ellas, a una madre que no entiende nada.

A cada paso que da la verdad se va abriendo a todo el mundo y ¿es bueno?¿saber a toda costa cientos y cientos de datos?¿dolor y horror?¿remover el pasado para comprender el presente?¿Qué pasa si alguno de los implicados no quiere saber la verdad?¿qué ocurre si alguno de los implicados sabe la verdad pero comprende lo que dolería airearla?¿Quién decide cuando la verdad tiene que ser escondida?

Empar Fernandez construye una historia de personajes, de historias, de verdades, de mentiras, de encubrimientos y desgracias para explicarnos que una verdad puede estar maldita, que no siempre conocer la verdad nos calma las consciencias y que muchas veces la verdad tiene tantas caras como protagonistas.

3 comentarios :

  1. Me alegro de que lo hayas disfrutado tanto, a mi no me termina de convencer.
    Un beso y gracias por al reseña.

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  2. Ay, la verdad, espinoso tema. No he leído nada de la autora y, si me acerco a su obra, supongo que empezaré por el primero, aunque ahora mismo me apetece otro tipo de novelas.

    Un besito.

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