Crónicas birmanas

Testigo curioso y de mirada aguzada, el autor mezcla su propia historia con la del país. 

Con una buena dosis de ironía confronta sus insignificantes preocupaciones de occidental con las dificultades que atraviesan los habitantes de un país pobre bajo el yugo de una dictadura militar. 

 Tras la aparente tranquilidad de las calles de Rangún despuntan las injusticias y carencias impuestas por la junta militar, los efectos de la censura, las zonas prohibidas, los rumores, la desinformación y el miedo permanente. 

A través del relato de Delisle se puede apreciar mejor la realidad de la pequeña comunidad internacional que trabaja para las ONG y las tremendas dificultades que encuentra para llevar a cabo su misión. Un retrato emotivo y comprometido de Birmania.

Aprovechando el verano y que apetece leer algo distinto me llevé a casa esta novela gráfica. En ella nos cuenta desde un punto de vista particular la vida de un extranjero en la cerrada sociedad birmana (no tanto por sus gentes sino más bien por el gobierno que rige con mano dura la vida cotidiana de sus habitantes).

A modo de tiras cómicas, tratando muchos de los temas que le van ocurriendo mientras vive en el país, Delisle además de contarnos su vida va desgranando el país, su situación, su mundo y nos descubre un país algo desconocido para la mayoría del mundo.

Una manera distinta de descubrir a un autor, un país y una manera de vivir.

Reclamos y peticiones


Reclamamos libros necesarios, libros que leer al día siguiente de un entierro, cuando has llorado tanto que ya no te quedan lágrimas, que ya no te mantienes en pie, calcinado como estás por el dolor; libros que aguarden ahí, atentos y pacientes como seres queridos, cuando has ordenado la habitación del hijo muerto, copiado sus escritos íntimos para que te acompañen durante la eternidad, respirando mil veces su ropa en el armario y cuando ya no resta nada por hacer; libros para las noches en que, pese al agotamiento, no puedes dormir y querrías simplemente liberarte de esas visiones obsesivas; libros que estén a la altura y que no abandones. [../..]

[../..]No necesitamos libros insignificantes, libros huecos, libros confeccionados para gustar.

No queremos libros escritos sin mimo, deprisa y corriendo: "Vamos, termine esto para julio, en septiembre se lo lanzo como es debido y vendemos cien mil ejemplares", "trato hecho".

Queremos libros escritos para nosotros que dudamos de todo, que lloramos por nada, que nos sobresaltamos ante el más mínimo ruido. 

Queremos libros que hayan costado mucho a su autor; libros en los que se hayan depositado sus años de trabajo, su dolor de espalda, sus crisis, su temor a veces a la idea de perderse, su desánimo, su valentía su angustia, su cabezonería y el riesgo que ha asumido de fracasar. 

Queremos libros espléndidos que nos sumerjan en el esplendor de la realidad y nos mantengan ahí; libros que nos demuestren que el amor obra en el mundo al lado del mal, muy cerca, a veces de forma indistinta. Y así continuará, igual que siempre. El dolor desgarrará corazones.

Queremos buenas novelas.

Queremos libros que no eludan nada de lo trágico de la condición humana ni de las maravillas cotidianas; libros que nos devuelvan el aire a los pulmones.

No queremos nada más.(pág. 277-278)

Foto: Bartra IV
Texto: La buena novela, Laurence Cossé, Ed. Impedimenta, 2012

Lo que no está escrito

Carlos, padre divorciado, recoge a su hijo Jorge de catorce años para pasar un fin de semana de excursión en la sierra y, como por descuido, le deja el manuscrito de una novela que acaba de terminar a su ex mujer, Carmen. 

La lectura de ese manuscrito, una novela negra de extorsión y bajos fondos, que Carmen no podrá soltar en esos dos días, será para ella, sin embargo, muy reveladora de las intenciones de su ex marido. Carlos, a su vez, tiene que superar los problemas de comunicación con su hijo, un adolescente asustadizo, y también las primeras dificultades de la excursión, que ponen en evidencia sus propias carencias. 

Entretanto, crecen los temores de Carmen y su angustia por lo que pueda suceder en la sierra. ¿O es la lectura del manuscrito la que lo provoca? «Al vivir con alguien, como al escribir, uno se delata», piensa uno de los protagonistas. 

También al leer, cuando acabamos interpretando lo que no está escrito.

Una novela que no deja respiro, no por la rapidez de los hechos o las persecuciones sino más bien por el ambiente tenso que nos va describiendo la historia y sus protagonistas.

Una historia como muchas otras, padre divorciado que recoge a su hijo de casa de su madre para pasar un fin de semana en la sierra y que al saber que su ex es editora le deja un manuscrito para que le eche un ojo y le de su opinión.

La sorpresa viene cuando descubrimos que el hijo no quiere pasar el fin de semana con su padre porque le tiene miedo, que la ex no quiere separarse de su hijo por lo que pudiera sucederle y que el padre ha planeado un fin de semana algo distinto de lo que en principio ha contado.

Así se entrelaza la lectura del manuscrito, la angustia de la madre por la falta de noticias de su hijo y el propia aventura de padre e hijo.

Un thriller sin armas, policías o misterio alguno, sólo la propia manera de narrar una historia que podría ser la de cualquiera de los que ahora me estéis leyendo o quizás alguna de las que, tristemente, llenan cada días las noticias.

Un autor a descubrir.

Construyendo...


un nuevo futuro...

Foto: Dsdmona (móvil), Festes de Gràcia, Agosto 2015

Marea viva

Olivia Rönning está en su segundo año en la academia de policía. Antes del descanso estival, los alumnos deben elegir un «caso abierto» en el que trabajar durante las vacaciones. Olivia encuentra el antiguo expediente de una mujer embarazada que apareció asesinada en la playa.

Lo primero que debe hacer es encontrar a Tom Stilton, el inspector jefe que lo tuvo todo en contra cuando le encargaron el caso, pero parece que se lo ha tragado la tierra... 

Una playa desierta. Un asesinato. Y veinte años después, una joven policía dispuesta a resolverlo.

Hace mucho tiempo que me hablaron de este libro, he tardado en darle paso en la lista de pendientes y me alegro de haberlo hecho.

Una novela negra, de detectives, de asesinatos, de pistas, de indicios, de sospechas... Un montón de preguntas y muy pocas respuestas, la historia que tiene una gran madeja y que tienes que ir desenrollando para descubrir lo que pasó esa noche en la playa frente a la marea...

Una policía novata que escoge un caso sin resolver en le que había intervenido su padre como trabajo de fin de curso en la academia, ¿lo escogió por qué había trabajado su padre o por qué algo le llamó la atención?

¿Qué puede hacer una aspirante a policía que no hicieran policías expertos durante el tiempo que duró la investigación?¿encontrar nuevas pruebas? después del tiempo transcurrido es casi un milagro aunque nadie impide que las pruebas existentes se miren bajo nuevas luces y nuevas técnicas ¿será eso suficiente?

Lo sé, hasta ahora sólo he formulado preguntas, ¿muchas?¿demasiadas? éstas son las mismas que Olivia tiene rondando en su cabeza y que nosotros, como lectores, vamos descubriendo al mismo tiempo que ella.

Si se cuenta la historia se pierde el misterio y en esta ocasión creo, firmemente, que cuanto menos sepáis de él más os sorprenderá y deseareis seguir leyendo hasta el último suspiro, de la misma manera que lo hizo la mujer embarazada de la playa instantes antes de morir.

Dejar de lado que se trata de escritores nórdicos, me lo agradeceréis. 

Frozen heat

NYPD Homicide Detective Nikki Heat gets more mystery than she imagined when she arrives at her latest crime scene. The body of an unidentified woman has been found stabbed to death and stuffed inside a suitcase left sitting in a freezer truck. 

A startling enough death--but an even bigger shock comes when this new homicide surprisingly connects to the unsolved murder of Detective Heat's own mother. Killed gruesomely, the Jane Doe on ice launches Heat on a dangerous and emotional investigation, rekindling the cold case that has haunted her since she was nineteen. 

Paired once again with her romantic and investigative partner, top journalist Jameson Rook, Heat works to solve the mystery of the body in the suitcase while she also digs into unexplored areas of her mother's background--areas Nikki has been afraid to confront before, but now must.

Seguimos con la cuarta entrega de la serie de Nikki Heat (Castle).

En esta ocasión Nikki debe lidiar no sólo con un asesinato desconcertante sino también con sus propios fantasmas personales al encontrar indicios que indican, sin ninguna duda, que el asesino que está persiguiendo podría ser también el culpable de la muerte de su madre, aún sin resolver, ocurrido cuando la inspectora tenía diecinueve años.

Cada entrega que leo me gusta más las tramas y las historias, es esta ocasión tocan uno de los temas favoritos y recurrentes en la serie y que siempre había sido un velo oscuro en las novelas (sólo mencionado pero nunca explicado con detalle). Esta historia nos permite conocer un poco más el carácter de la inspectora, saber que ocurrió aquella noche en la que fue a comprar un poco de helado y todo cambió para siempre y descubrir también que hubo cosas que quizás no se hicieron del todo bien en la primera investigación.

Rook, como siempre, está al lado de Heat no sólo aportando ideas y líneas de investigación sino también siendo un gran apoyo personal para la inspectora en sus días más duros dentro de la policía teniendo que investigar un caso presente pero sin poder olvidar que todo lo que descubra en esta investigación le puede llevar a dar con el asesino de su madre.

Ganas de leer la quinta entrega y ver como siguen las aventuras de esta pareja tan eléctrica.

Hospitales


Hace un mes, aproximadamente, he vuelto a andar entre pasillos de hospital. Durante años fue mi ubicación laboral y entre paredes patrimonio de la humanidad ejercía mi profesión, esa etapa terminó y mi camino siguió hacía la empresa privada.

Ahora las paredes son blancas, relucientes, nuevas y amplias, más frías también y con menos personalidad y carácter, a mi modo de ver... pero no han perdido ese ir y venir de gente, sus risas por saber una buena noticia, sus llantos por recibir la peor de las noticias o simplemente el deambular de gente que no sabe bien bien donde debe ir y se ve perdida entre grandes paredes y cristaleras.

No puedo dejar de impresionarme por ver día tras día muestras de pacientes en los que ves evolución, en preguntar si volvió aquella señora que apenas se sostenía de un hilo cuando llegó a urgencias. Hay nombres que casi se convierten en familia tras días de ver sus datos y pruebas circulando entre nuestras manos.

Había perdido la sensación de ahogo al ver que aquello que con tanto cuidado manejo es de un bebé o un pequeñín que apenas ha empezado su camino, es inevitable, y aunque lo intentes te golpea...

En otros laboratorios llegaba la muestra, un número más, sin retorno, sin repetición, unos datos, una resolución y a por otra... Estos días recuerdo a antiguos pacientes que pasaron por mis manos hace ya mucho tiempo, pensando en que habrá sido de ellos...

Trabajar en un sitio así tiene su parte mala (enfrentarte al dolor y a la certeza que la situación no irá sino a peor, en algunos casos), su parte buena (ver como poco a poco aquellos datos nefastos se vuelven poderosos, consistentes y con posibilidades) pero sobretodo es un lugar donde la risa, el llanto, la vida y la muerte se mezclan sin orden ni concierto y sólo tienes que dar una vuelta de 360º para darte cuenta de ello.

Y esa sensación no la cambio por nada del mundo.

PD: De momento no trabajo, solo recuerdo, aprendo y pronto espero quedarme de manera permanente entre sus paredes

Texto y foto: Dsdmona

Sueños de felicidad

Joy, todavía abrumada por los secretos familiares que acaba de descubrir, huye a Shanghái a comienzos de 1957 para buscar a su pa- dre biológico, el artista Z. G. Li, de quien May y Pearl estuvieron enamoradas antaño. 

Deslumbrada por él, y cegada por el idealismo y los desafíos que plantea la realidad, Joy se sumerge en la Nueva Sociedad de la China roja, ajena a los peligros del régimen comunista. 

Pearl, desolada por la huida de Joy y aterrada por su seguridad, está decidida a salvar a su hija cueste lo que cueste. Desde la atestada ciudad hasta aldeas remotas, Pearl se enfrenta a viejos demonios y a retos casi insupe- rables mientras sigue a Joy, abrigando la esperanza de la reconciliación. 

Sin embargo, cuando los periplos de Joy y Pearl por fin convergen, uno de los episodios más trágicos de la historia de China pone en peligro sus vidas.

Segunda parte de "Dos chicas de Shangai" donde descubrimos que Joy ha decidido huir de casa al no poder afrontar las brutales revelaciones de su madre y su tía. Decide viajar a China para conocer a su padre y dedicar su vida a la construcción del nuevo país.

Lo que desconoce es que la propaganda gubernamental puede ser una máquina muy poderosa y que haciendo este viaje renuncia a muchas de las cosas que tanto costó conseguir a su familia, además de causar un inmenso dolor en su madre y su tía que no dudan en seguirle los pasos para intentar hacerle ver la realidad de su situación y persuadirla de que regrese a los Estados Unidos.

Pearl a través de su viaje revivirá todas las penurias y esfuerzos realizados para huir del país pero aún así no dudará en cambiar sus comodidades en su país de adopción con tal de poder ayudar y apoyar a su hija mientras que intenta encontrar la manera de volver a huir del país donde todo parece perfecto y bonito y que en el fondo sólo tiene pátina de felicidad.

Lectura ágil y entretenida que nos ayuda a situarnos en la China de los primeros años de la revolución comunista, haciendo también una crítica de esa gran campaña publicitaria de cara al exterior y que permite a los propios ciudadanos chinos estar explotados y con un nivel de pobreza y falta de libertad increíble.
 
Copyright 2013 Dsdmona .