Adicción


Se refugia en su despacho. Las luces están apagadas, cierra los ojos. Tiene frío, escalofríos recorren su cuerpo de una punta a otra, sus dientes castañetean ligeramente y sus manos tiene un ligero temblor. Se encoge sobre si misma buscando un poco de calor pero el frío continúa. Abre el cajón y saca la petaca, la deja sobre la mesa pero no la toca… su boca está seca, sedienta, abre los ojos, alarga la mano y roza la piel que cubre la petaca, desenrosca el tapón y se lo acerca a la nariz, aspira su olor como si de un amante se tratara, lo deja a una lado y con las dos manos coge la petaca y la acaricia como se acaricia a un cuerpo que se ama y que se necesita. Inclina al botella y la acerca a sus labios, le da un beso suave, intentando que el acero la reconforte pero como es evidente sólo le produce más frío, abre la boca y vierte el contenido a su estómago, un trago largo y amargo, como las lágrimas que brotan de nuevo de sus ojos.

¿Cómo debe ser la vida de alguien sometido a una adicción?¿seríamos capaces de darnos cuenta que somos adictos a aquello que nos esclaviza?

Escribí esto hace algún tiempo dentro de una historia ficticia y hoy ha vuelto a mi cabeza. Si quieres leerla entera puedes hacerlo aquí (1a parte) y aquí (2a parte)

Foto: Amankay
Texto: Dsdmona

4 comentarios :

  1. Con tu dominio de las palabras describes perfectamente la sensación que debe sentir la persona enganchada al alcohol.
    Yo fui fumadora durante más de 20 años y debo confesar que mientras estás atrapada por la nicotina no te das cuenta (o no quieres pensar)la de cosas raras que llegas a hacer si te quedas sin cigarrillos. Por ejemplo salir en busca de algún bar a horas intempestivas para comprar la dosis de nicotina que tu cuerpo reclama.
    Reconozco que no es fácil dejar una adicción. El primer paso es asumirlo y después echarle voluntad para conseguir dejarlo antes de que pase factura a nuestra salud.
    Perdón por lo que me he enrollado.
    Me gusta ese cambio de look invernal que has dado a tu blog.
    Muchos besicos.
    silenceisgolden

    ResponderEliminar
  2. Conozco a alguien que tiene un problema serio con el alcool aunque las veces que intente hablar con el negaba el problema y decia que el solo bebia para divertirse, hasta que ocurrio el hecho que marco un punto y aparte y algo se rompio entre los dos por culpa de una borrachera.
    Se que por circunstancias de la vida, no pudo beber en los ultimos 10meses, pero no se si volvera a ello ahora que puede, y sigue sin admitir que lo suyo es una adiccion

    Muy bonito texto, me pasare para leer la historia

    ResponderEliminar
  3. Ninguna adicción es buena, ni siquiera las controladas. Sentir que lo que te mantiene de pie abandona tu cuerpo es una sensación indescriptible, nadie que no lo haya vivido puede explicarlo.
    Besos, y pasa un estupendo fin de semana

    ResponderEliminar
  4. He de reconocer que tengo 20 años y ni tan siquiera pido vino como acompañamiento de una cena, o cerveza como aperitivo de una charla...pero soy adicta, o al menos lo fui. Fui adicta a una persona, igual que el alcohol, aparentemente dulce, sutil, embriagador, que borra los recuerdos de tu mente y te hace sentir diferente, pero al dejar de consumir su elexir duele, su ausencia quema en tus venas y pide más. Fui adicta a sus besos, a sus caricias, fui adicta a sus palabras y sus mentiras...Un año me llevó reconocerlo, otro más dejarlo, y otro recaer...y así Tres años hasta dejarlo, un amor alcoholizado, adictivo y destructor.
    Me encanta tu narración porque es un fiel reflejo de una adicción...que como dices, es aquello que nos esclaviza.
    Un saludo.

    ResponderEliminar

 
Copyright 2013 Dsdmona .