Chantada (III)


(../..) Atónita acababa de colgar el teléfono, ¿por qué ha dicho que si? Lo único que le apetecía era quedarse bajo esa manta que la acompañaba en todo momento y en cambio acababa de confirmar la reserva de la habitación de la casa rural para dentro de tres días, ¿había dicho ella esas palabras? Volvió a llamar con la excusa de no haber entendido una indicación para anular y ha vuelto a decir que se verán en tres días pero ¿dónde está Chantada?... Abrió el ordenador, pasó el dedo por el teclado mientras esperaba que se iniciara, estaba lleno de polvo, nadie lo ha tocado desde aquel día, ella no sabe casi utilizarlo, siempre fue más de pluma y papel. Le dio al icono de internet, y buscó tal y como le había enseñado ella con infinita paciencia por si algún día se le ocurría buscar algo allí, nunca pensó que le iba a ser de utilidad… Chantana, municipio gallego situado a 60 km de Lugo, en la llamada Ribeira Sacra. Cierró el ordenador, ya ha visto cuanto debía ver, a ella le hubiera gustado, piensa… siempre le gustó mucho el verde… ¿qué impulsa a una persona a hacer alguna cosa que no quiere? Eso llevaba pensando ella desde que salió de casa a la agencia de viajes, en realidad no deseaba ese viaje, no quería salir al mundo, quería quedarse encerrada para siempre en su palacio de cristal, autocompadeciéndose por la pérdida de la persona amada, que el mundo se olvidara de ella igual que ella se olvidaba del mundo pero se encontraba allí, delante de aquella señorita escogiendo ventana o pasillo para su vuelo. Últimamente parecía que su vida estuviera regida por el teléfono, una llamada la informó de la gravedad del accidente, una llamada le había conseguido sacar de casa todavía no sabía con que intención si es que había alguna y otra llamada a sus padres le volvía a demostrar lo alejada del mundo que había estado esas semanas. Unas lágrimas contenidas por parte de su padre fueron su despedida en la puerta de embarque, camino de lo desconocido, de reunirse con aquella fuerza imparable que tiraba y tiraba de ella sin poder resistirse. Pasó la escasa hora y media de viaje dormitando, apoyando la cabeza en aquella manta a la que no le iría mal un buen lavado. Por su cabeza de nuevo recuerdos de sus viajes, de las fotos tomadas de la tierra desde el avión con las que empezaban cada uno de los álbumes, cada uno de los viajes… ¿había hecho algo malo?¿por qué era la vida así de injusta?, no había pasado suficientes años disfrutando de su compañía, aquellas palabras de “hasta que la muerte os separe” habían llegado demasiado pronto, justo cuando les quedaban los mejores años… y ahora ella se encontraba sola, en medio de tanta gente sin saber porqué había aceptado esa invitación.

Tentada estaba de coger la maleta y cambiar el viaje de vuelta para el primer vuelo que saliera hacia alguna parte, perderse en alguna gran ciudad y olvidarse de todo el dolor, de todos los recuerdos como si hubiera sufrido un lavado de cerebro. Una voz la hizo desistir, su nombre y apellidos resonaban cerca de sus oídos, alguien de la casa la irá a buscar, recordó haber escuchado antes de colgar ese día y allí estaba, todavía estaba a tiempo, un poco de indiferencia, no darse por aludida y la voz se cansaría… podría marcharse tranquilamente pero los pies no le respondían, se quedaron clavados en la misma baldosa que había pisado al llegar, la voz se acercó y le susurró al oído…  (continuará)

Foto: A. Quezada

Texto: Dsdmona

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5 comentarios :

  1. Estas historias que vas contando por entregas me dejan cada vez con menos palabras...

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  2. Niña, qué hermoso relato, me emociono al leerlo, no digo nada más. Un besito
    P.D.: Espero que esté todo bien ya

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  3. Eso del palacio de cristal, las murallas altas que nos aislan del resto cuando es lo único que buscamos, esa soledad para purgarnos las heridas, y ese teléfono que casi molesta en vez de acompañar.... me han sonado en demasía...
    Niñaaaaa, me tienes intrigada, ya me contarás... yo ya no me entero si es ficción, realidad... todo junto...
    Que te cuides mucho, un besazo¡

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  4. En realidad si nos ponemos a pensar siempre estamos haciendo cosas que no queremos. Y también cuando huimos de algo, ese algo está dentro de nosotros y no hay donde ir.

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  5. Me lei las tres partes del relato y solo puedo decir que es mejor dejarse llevar, los planes se quedan solo en eso "planes", la vida es otra cosa. Lo que llevamos dentro siempre nos accompañara, es nuestra manera de verlo que hace la diferencia.
    Saludos

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